Muy emocionado, López-Rivera recogió la estatuilla junto a sus compañeras Mia Neal y Jamilka Wilson, las primeras afroamericanas en alzarse con este galardón en toda la historia de los Oscar. Es la segunda victoria de un profesional español en este categoría, tras David Martí y Montse Ribé, que consiguieron el Oscar a mejor maquillaje y peluquería en 2006 por El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro.

“Para la caracterización que he hecho a Viola, no utilicé ninguna brocha ni lápiz, lo hice todo con mis dedos, porque quería que pareciese que el maquillaje se lo había hecho ella misma”, contó en el ‘Telediario’ este profesional nacido en Sevilla y criado en Santander. Atraído por el maquillaje, creció jugando a maquillar a sus hermanas y a los 19 años llegó a Los Ángeles, donde desempeñó varios trabajos hasta que consiguió hacerse un hueco en el oficio soñado. Su carrera está vinculada a la de Viola Davis, a la que ha maquillado en la serie Cómo defender a un asesino.

Fue la actriz quien confió en él para la caracterización de la cantante Ma Rainey. “Yo leía unas cosas y Viola me pasaba otras, una vez me mandó un párrafo de un libro que incluía una descripción física de Ma Rainey que decía que sudaba tanto por el calor de los focos que parecía que estaba bañada en oro”, contó a la agencia EFE.

El maquillador, que se inspiró en las historias que le contó su abuela de cómo se maquillaban las mujeres en la Guerra Civil española para maquillar a La madre del blues, ha logrado el premio más importante de su carrera, una trayectoria en la que figuran las series Felicity, Monk y Sin cita previa, entre otras.