En palabras del autor del estudio, el científico Clinton B. Wright de la Universidad de Miami: "nuestro estudio mostró que para los adultos mayores, hacer ejercicio regular puede ser una forma de protección, ayudándolos a mantener sus habilidades cognitivas por más tiempo".

Para realizar el estudio, se les preguntó a 876 personas sobre sus hábitos de ejercicio. Un promedio de siete años después, cada persona hizo un test de memoria y habilidades de pensamiento, y se les hizo una resonancia magnética; y cinco años después se les volvió a hacer exámenes. Un 90% indicó que hacían ejercicios ligeros o simplemente no realizaban ejercicios (caminar o practicar yoga). El restante 10% indicó que hacían ejercicios de moderada y gran intensidad.

Los investigadores observaron que los que habían reportado poca actividad física habían experimentado un deterioro en las habilidades de memoria y pensamiento. La diferencia era igual a 10 años de envejecimiento e incluso incluyendo otros factores en el estudio como el hábito de fumar o la ingesta de alcohol.

Wright explicó que “nuestros resultados sugieren que el ejercicio moderado e intenso puede ayudar a los adultos mayores a retrasar el envejecimiento del cerebro, pero hacen falta más investigaciones de ensayos clínicos aleatorios comparando programas de ejercicio con actividades sedentarios son necesarios para confirmar los resultados”.

Otro punto que quiso destacar el científico, es que la práctica de ejercicio puede suponer un descenso de gasto en salud pública, ya que ciertos síntomas como los señalados se verían disminuidos.