- Onicosquisis: conocida como uña laminada. Es muy común en personas que están en contacto con el agua o con productos químicos.
- Onicorexis: la uña se muestra astillada o con fisuras en el borde. Aparece en personas con alteraciones nutricionales.
- Onicofagia: morderse las uñas de forma compulsiva.
- Onicomicosis: conocida como la tiña de las uñas. Estas se engrosan, se astillan y acaban desprendiéndose. Aparece por una infección de hongos.
- Uñas con traumatismos: ocurre tras aplastar la uña. La sangre se coagula y no puede salir a la superficie, finalmente la uña se cae.
- Paroniquia aguda: suele ocurrir por una manicura mal realizada en la que se ha destruido la cutícula. Se produce una hinchazón y se infecta; puede ser doloroso.
- Nigroniquia: manchas oscuras debidas a traumatismos o tumores.
Prevención:
- Es importante mantener una correcta higiene. Debajo de las uñas puede haber microorganismos patógenos y sustancias toxicas, que se transmiten con facilidad.
- Evitar productos químicos, usando guantes. En caso de prescripción medica, evitar los esmaltes.
- Alimentación variada y rica en vitamina A y E.
- Usar cremas protectoras o aceites con base de cera o lanolinas.
Hay que acudir al dermatólogo en caso de ver alguna alteración en la uña, aunque esta no sea dolorosa. Son el tiempo esta alteración puede empeorar y necesitar cirugía para su extirpación.
Por: Yolanda Villaverde