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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINInspirados en el campo de la salud, los parches prometen ser el futuro de la belleza. Por su alta concentración en activos y su posología, actúan con eficacia en problemas concretos como las ojeras, la celulitis o la flacidez.
Cada vez son más los que recurren a ellos, tanto para luchar contra el envejecimiento facial, como para combatir con eficacia la presencia de cúmulos grasos en determinadas áreas corporales, principalmente la zona abdominal masculina.
La tecnología transdérmica permite que las sustancias beneficiosas penetren en la dermis. Los parches cosméticos funcionan al entrar en contacto directo con la piel y permanecer adheridos a ella un periodo de tiempo determinado en el cual, van liberando de manera progresiva los principios activosque contienen sus distintos ingredientes.
Es la llamada tecnología transdérmica cuyo objetivo es conseguir que esas sustancias beneficiosas de los distintos productos no se queden en las capas más superficiales de la dermis sino que penetren en su interior logrando, así, la máxima efectividad.
Existen distintos tipos de parches. Entre los faciales destacan los llamados “velos”, que se aplican en la totalidad del rostro, y, también, los que se centran en los puntos más problemáticos de la cara como pueden ser el contorno de los ojos y la zona perilabial.
En general, estos parches incluyen en su composición sustancias muy variadas, todas encaminadas a reestructurar y regenerar la piel devolviéndole, en pocos minutos, una mayor suavidad y luminosidad.
Colágeno, retinol, ácido hialurónico, vitaminas, extractos vegetales… son algunos de los elementos que, adheridos a la piel, obran verdaderas maravillas en un rostro fatigado o en uno en el que empiezan a hacerse demasiado evidentes las pequeñas líneas de expresión.
También tienes los parches corporales destinados, principalmente, a reducir grasas mediante su acción drenante progresiva, que consigue eliminar el exceso de líquidos, toxinas y, por supuesto, lípidos. En este caso, la cafeína, carnitina o determinadas algas como el fucos no faltan entre los ingredientes básicos.
A diferencia de lo que ocurre con los faciales, los parches transdérmicos anticelulíticos no ofrecen un resultado inmediato. Para que funcionen, es necesario llevarlos “puestos” las 24 horas, al menos una semana (seguir las indicaciones del fabricante). Son fáciles de utilizar, no resultan molestos y permiten desarrollar la actividad cotidiana con total normalidad.
Sin duda, los parches son una herramienta a tener en cuenta en el cuidado facial y corporal que, en un momento dado, pueden resultar de máxima utilidad.
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