Los filtros de Instagram y Snapchat son la nueva moda en las fotos, ofreciendo estándares surrealistas de belleza que podrían empujar a la gente a sentirse infeliz con su aspecto en la vida real.

Eso es lo que opinan tres investigadores de la Universidad de Boston, quienes han publicado un artículo acerca de la dismorfia corporal en la revista de cirugía plástica médica JAMA este mes. El artículo no es un estudio, pero sí una revisión de otras investigaciones y estudios.

La dismorfia corporal es una enfermedad mental que provoca que la gente se sienta infeliz y preocupada por su aspecto, y los autores han explicado que los filtros de Snapchat e Instagram están "alterando la percepción de la gente acerca de la belleza alrededor del mundo".

Han descubierto un fenómeno especialmente perturbador: "la dismorfia de Snapchat". Lo señalan como un fenómeno emergente en el que los pacientes de cirugía plástica ya no piden parecerse a las celebridades, sino más a sus propios selfies con filtro, con "labios gruesos, ojos más grandes o una nariz minúscula".

La dismorfia de Snapchat ya había sido nombrada por The Independent este mismo año, cuando un cirujano plástico comentó que cada vez más mujeres estaban pidiéndole parecerse a sus propios selfies. Los investigadores de Boston han escrito que "esta es una moda alarmante por esos selfies con filtro a menudo presentan un look inalcanzable y están borrando la línea de la realidad y la fantasía para esos pacientes".

Y añaden: "Es sabido que el ángulo y la corta distancia a la que los selfies se toman pueden distorsionar las dimensiones faciales y conducir a una insatisfacción. Los pacientes usan la cirugía para salir mejor en los selfies y en las redes sociales".

Nueva dismorfia en aumento

La tentación de "hacerme algo más"

La doctora británica especialista en estética Shirin Lakhani, cree que hay un verdadero potencial dañino en este fenómeno.

Ella ya ha visto un aumento de los pacientes que buscan correcciones después de hacerse retoques para parecerse más a sus versiones en los mejores selfies.

"Las redes sociales y las celebridades sacan todos estos procedimientos a la luz pública", dice.

"Más y más gente los conoce, gente que no necesariamente puede pagárselos y encuentran personas dispuestas a hacérselos por un precio más bajo".

Pero advierte que "estos son procedimientos médicos".

Las complicaciones son raras, pero reales: el Botox puede causar dificultades respiratorias y visión borrosa. Y las posibles complicaciones de los rellenos incluyen la infección y la "migración del relleno", en la que la sustancia se mueve del lugar donde fue inyectada de manera impredecible, y puede potencialmente llegar a obstruir vasos sanguíneos.

Esos riesgos son los que hacen que Annabelle, una escocesa de 26 años, no quiera hacerse nada más que el relleno de labios.

"Me los he estado poniendo cada seis meses y cada vez que voy me pregunto: ¿debería hacerme algo más? Es tentador, especialmente cuando puedo saber cómo me vería, gracias a un filtro en Snap o Insta. Pero me preocupa al final hacerme demasiadas cosas o que se me vaya de las manos. Yo creo que siempre puedes darte cuenta cuando alguien se hizo algo, pero no necesariamente porque se vean atractivos".

La psicóloga Ellen Kenner urge a las personas a pensárselo dos veces antes de pedir citas para hacerse rellenos, sobre todo si lo hacen como una suerte de solución rápida ante un problema en la vida.

"La verdadera autoestima tiene que ver con la confianza en tu propia mente para conseguir tus goles personales", dice.

"Eso requiere honestidad, pensamiento independiente y la convicción de que eres capaz y merecedor de lograr tu propia felicidad".

Y ese tipo de confianza en ti mismo no te la puede dar ninguna corona, ni en los filtros ni en la realidad.BBC